Por:
Rafael
Reynoso
El
encontrar una respuesta de cómo se formó el mundo, de su origen, de su estructuras,
no es una cuestión fácil de asimilar y comprender, ya que encierra en el ser
humano ciertas inquietudes. Si para dar respuesta a la misma cuestionante, la
vemos desde punto de vista de la fe, descubriremos que fue creado por Dios;
pero si lo vemos por medio de la ciencia, nos daremos cuenta que es lo
contrario: sostiene que se formó por
medio de una explosión. Ella a su vez, ratifica lo que se puede ver y palpar.
Ahora bien, ¿Cuál de esta dos teoría está en lo cierto? ¿cuál de las dos
justifica de modo absoluto el fundamento de la creación? En todo el proceso de la realización de este
trabajo, se buscarán respuestas concretas que aclarará esta incógnita.
Si
nos inclinamos por la teoría del Big
Bang,suposición que justifica que el universo se creó a través de una
explosión, nos daremos cuenta que de un modo concreto no es razonable, por lo
que nos es tan confiable. Si decimos que fue
por un estallo, estaríamos quitándole la grandeza de la naturaleza, ya
que limitaríamos todo a ese orden.
Muchos autores han afirmado que la misma no es algo cierto, como es el caso del
científico José Elías, el cual manifiesta que el origen o formación del
universo en que vivimos no se debe a este acontecimiento[1].
Por
otro lado, la NASA ha realizado un estudio minucioso sobre el tema, donde ha
demostrado por medio de la medición de un instrumento espacial llamado Willinson Mierowave Anisotropy Probe (WMAP) en el 2001, que el universo pasó por una etapa de
expansión que le dió origen al mismo. A esta teoría se le ha llamado inflación. Nuevas mediciones realizadas por ellos mismos confirman
que el universo pasó hacer del tamaño de una esfera más pequeña que una bola de
ping pong.
Otra
teoría por el autor ya citado (José Elías) sostiene que el universo se formó
por una serie de elemento que se caracterizan por ser iguales en todos los
lados(uniforme); pero con el paso de los años cambió.
“El
universo se inició extremadamente homogéneo como una densa bolita o partícula
de energía, pero después del Big Bang las cosas fueron cambiando, dejándose la
homogeneidad por variedad, y esa variedad las vemos reflejada en todo tipos de
partículas, estructuras y fenómenos del universo”[2].
Lo
que Elías quiere plantear a través de esta suposición es que el universo no es
uno sólo, sino que existe una infinidad de universo que puede desprenderse de
uno cualquiera literalmente del espacio vacío por esa variedad que prevalece en ellos[3]. Ahora bien, ¿realmente coexisten esos
universos? ¿habrá vida humana en ellos? Son estas y otras preguntas que surgen
de nuestra mente al escuchar lo planteado.
Sin
embargo, si lo vemos desde el punto de vista de la religión o de la fe (es este
campo nuestro objeto de estudio), descubriremos que es más razonable que las
otras fuentes ya mencionada. En ella se sostiene que una causa infinita creó o
estructuró el mundo, al que llamamos Dios:“En
un principio Dios creó el cielo y la
tierra”[4].
En la Sagrada Escritura nos encontramos con esta verdad, que nos manifiesta
que Dios, sin importar que en su principio era un caos, creó el mundo, lo
estructuró, lo formó y lo constituyó para que el hombre habitara en él.
No
obstante, sabemos que fue ese alguien que lo creó, pero no sabemos quién es Él,
por los que nos impide en corroborar y en creer que fue él que lo fundamento.
Como estar consciente de algo que nadie ha visto y que nadie verá. La ciencia
no sólo niega este hecho, sino que la rechaza radicalmente, porque la misma no
es demostrable. Además, como estar seguro de que existe cuando no tuvo ni un
principio ni tendrá un final.
De
esta manera podríamos decir que no existe Dios; pero si no fue esa causa
infinita que lo creo, ¿quién lo crearía? La ciencia nunca va a comprobar que
fuera el mismo universo obra de Dios, ya que se limita acreditar lo palpable. Y
como no han experimentado que Él existe, tampoco le atribuirían la creación del
mismo. Pero ¿Por qué científico asimila
esto? No únicamente rechaza esta afirmación por la mera razón de que no es
demostrable, sino porque su inteligencia es limitada a entenderlo.
Ante
todo esto nos podríamos preguntarnos ¿existe Dios realmente?
Han
sido muchos los que se han interesado por este tema: ellos han tratado de
explicar y comprobar la existencia de Dios. Unos de ellos es Santo Tomás de
Aquino, el cual en su libro la Suma Teológica
nos presenta cinco vías para
justificar la existencia de Dios. Es evidente considerar que haya un motor que
mueva todo, pero que a ese motor nadie
lo mueva (primera vía):
“…hay
movimiento y devenir en el mundo; ahora bien, los que estaa movido por otro y
bajo el influjo de la causa que lo mueve. Como no se puede indefinidamente en
la serie de motores movidos, debemos llegar a un motor no movido, a un primer
motor, que llamamos Dios”[5].
Si
nos moviéramos unos a los otros, no entenderíamos el por qué de ese movimiento;
pero al ser provocado por un ser superior a nosotros, lo podemos entender. De
manera que es en ese ser que se justifica nuestro movimiento. Por tanto, esto
comprueba que Dios existe, independientemente de lo que se especule. Pero Él a
su vez, no es objeto de demostración, sino de fe[6]. Así pues, si él existe ¿pudo
ser que creara el universo en su totalidad? Si: a él le debemos la creación del universo.
Otra
pregunta que nos puede surgir es la siguiente: ¿cómo le conocemos?
Para
dar respuesta a esta pregunta, hay que tener presente que el conocerle a él
como artífice de la vida, se requiere ante todo de una vivencia personal, la cual se hace vigente en
las personas que se adhieren a él. Ese amor se hace presente a través de la
fe, que es la garantía de lo que se espera y prueba de lo que no se ve[7]. En definitiva, la
existencia de Dios es artículo de fe[8].
Por
ser Dios un ser o causa infinita, omnipotente e omnisciente, ser superior de
todo lo creado, sólo puede ser conocido por este elemento: la fe. De ahí, es que la fe algo que, en cierto sentido, no
se puede ni explicar ni comprobar. Y como nos va a decir San Tomás en la Suma Teológica:
existencia de Dios no es demostrables por la ciencia, sino por fe.
Además,
por la fe sabemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, lo
visible, de lo invisible[9]: en un principio Dios creó
el cielo y la tierra. Y no sólo eso, sino una serie de cosas, como lo revela la
Sagrada Escritura en el libro del Génesis: creó la luz, el mar, los arboles, los animales, los
frutos. También creó al ser humano a su imagen y semejanza para que este gozara
de lo creado. Es decir, que a Dios podemos atribuirle, sin duda alguna, la creación del universo en su
totalidad. Por tanto, por medio de la fe descubrimos esa verdad: la creación
del universo por mediación de Dios.
El
profesor español Francesc Nicolau i Pous, en su libro Cosmologías actuales y fe
cristiana, nos propone lo siguiente:
“Es
cierto que los que empieza a existir posee una causa de su existencia. El
universo ha comenzado a existir. Por consiguiente tiene una causa de su
existencia. Ahora bien: esto significa que existe un creador, que debe ser
trascendente en el espacio y en el tiempo, que implica ser inmutable e
inmaterial, y omnipotente para crear donde no había nada (ex nihilo sui et
subiecti). Debe tener en él la razón de su propia esencia, no causado, sin
principio, dotado de inteligencia y voluntad (o sea personal). Ahora bien, este
creador sabemos que es el Dios de la Revelación que adoramos y amamos los
cristianos”.
Por
consiguiente, el mundo no es fruto de la nada como nos lo plantea la teoría de
la gran explosión (Big Bang), sino que es fruto de alguien (Dios) que quiso que
fuera así. Por eso podemos decir que:
“Dios es
causa suficiente del mundo. Causa final debido a su bondad. Causa ejemplar,
debido a su sabiduría. Causa efectiva, debido a su poder, (q.44 a.1.3.4). Por lo tanto, al existir Dios
desde la eternidad, también desde la eternidad ha existido el mundo. El mundo
existe en tanto en cuanto que Dios quiera que exista, porque la existencia del
mundo depende de la voluntad de Dios como causa”[10].
Por
consiguiente,ha sido Dios quien ha creado el universo en toda su totalidad. A
él podemos, sin duda alguna,atribuirle la creación del mundo, ya que es en él
que se justifica este gran acontecimiento, en el cual todo ser humano está
inmerso. De modo que podríamos rechazar todas las teorías ya mencionadas.
Referencias bibliográficas
ü Francesc
Nicolau i Pous (2008), Cosmologías
actuales y fe cristiana, Colección Cultural y Pensamiento, Editorial
Claret, España.
ü Biblia de
Jerusalén: Latinoamericana (2007), Editorial Desclée de Brouwer, Bilbao.
ü Folleto: Ricardo
Miniño (2009),
Guía de Estudio para Historia de la Filosofía II,
Santiago de los Caballeros.
Referencia de la web
ü http:www.elias.com/index.cfm?post-id-877.
Tomado el 02 de abril de 2012 a las 4:00 PM.
ü
http://hjg.com.ar/sumat/. Tomado el sábado 14 de abril de 2012 a las 10:00 AM
[1]
http:www.elias.com/index.cfm?post-id-877.Tomado el 02 de abril de 2012 a las
4:00 PM
[2] Ibídem
[3]Ibíd.
[4] Génesis
1, 1
[5] Ricardo Miniño (2009), Guía de estudio para historia de la FilosofíaII,
Santiago de los Caballeros, pág. 83.
[6]Ibíd. Pág. 102
[7] Cfr. Hebreos 11, 1, pág. 1779
[9] Ibídem.
[10] Ibídem
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