Por: Francisco Mora Pérez
Desde
la antigüedad el ser humano sintió la necesidad de encontrar una de sus perspectivas en la Tierra por medio de la observación de las estrellas.
Por esto siempre fue importante estar al tanto su posición exacta y predecir
sus movimientos, esencialmente de unas estrellas que se observaban en el cielo
y que cambiaban su forma con el cambio de las horas y los días, las estrellas errantes
o planetas.
“En los tiempos antiguos la mejor técnica para
determinar la posición de los planetas era suponer que la Tierra estaba inmóvil
en el centro del Universo, y que todo se movía alrededor de ella. Así, se llegó
a formular la teoría Geocéntrica[1]”.
Esta
es la hipótesis más estricta o básica
sobre la ubicación de la tierra. Como su nombre bien lo indica, es la teoría
que sustenta que la tierra es el centro y que los planetas giran en torno a
ella (geo: tierra; centrismo: centro). Este modelo era sostenido anteriormente
por Aristóteles Hasta el siglo XVI.
La
teoría de Aristóteles no explicaba de forma clara el hecho de que el sol,
Venus, Martes, Júpiter y la luna aparecieran más brillantes y cercanas a la
tierra y otras veces más lejanas o lejanísimas. Por esto Claudio Ptolomeo
resolvió las dificultades que exponía la teoría anterior.
Ptolomeo
da fundamento de que la Tierra está en el centro del Universo y los
planetas, incluido el Sol, giran alrededor de ella. En este sistema no sólo la
Tierra se hallaba en el centro, sino que igualmente los planetas se situaban en
círculos centrados alrededor de ellas: Luna, Sol, Venus, Mercurio, Marte,
Júpiter, Saturno y la bóveda celeste con las estrellas fijas. Por esto, en su
mayoría estos modelos llegaron a ser diferente hasta círculos concéntricos.
“El geocentrismo,
se basa en una creencia fundamentalmente teológica y antropológica, puesto que,
al situar a la tierra en el centro de todo, se está situando al a más brillante
creación de Dios, al orgullo del sí mismo, y por tanto al propio Dios, que es
parte de nosotros, según los creyentes[2]”. También tiene sus raíces en el
creacionismo, ya que habla de la creación de todas las criaturas de la tierra,
a manos de Dios y él, por gracia y gloria, las coloca en el centro mismo de
todo el universo (donde, se supone, se sitúa un agujero negro).
El
geocentrismo como teoría permaneció vigente hasta en las más antiguas
civilizaciones. Por ejemplo, en Babilonia era ésta la visión que se tenía del
universo y su versión completada por Claudio Ptolomeo en el siglo II.
El modelo astronómico Ptolemaico
Este
modelo geocéntrico fue caracterizado y completado por Ptolomeo (138-180 d. C.).
Este astrónomo y matemático de origen griego constituyó el sistema y corrigió
en parte el gran problema de la posición de la tierra, los planetas, en
específico la luna y el sol.
Trató
de reconciliar las complicadas trayectorias (no circulares) de los planetas fue
la gran tarea. En su obra el Almagesto Ptolomeo planteó el sistema de Epiciclos
y Deferentes. “Un planeta se caracteriza
por tener dos movimientos ligados; uno de ellos es un epiciclo o trayectoria
circular alrededor de un punto central el cual a su vez gira en torno de la
Tierra en una trayectoria también circular denominada deferente[3]”.
El
Sistema Ptolemaico de Epiciclos y Deferentes permitía explicar la aproximación
y el alejamiento observado desde la tierra por el movimiento emitido de los
planetas. La composición de las dos inclinaciones circulares revela un supuesto
cambio en la dirección, que se repite muchas veces sobre el deferente. Hipotéticamente
el trayecto del punto centro del epiciclo retorna a ocupar el origen después de
un período, sin embargo en los datos de las observaciones no se mostraba este
hecho, los recorrido no son cerradas. Esto causó que Ptolomeo tuviera que
encajar más epiciclos y oscurecer el sistema.
Este
movimiento epicíclico puede que se considere muy bien en el alejamiento de una
rueda sobre el suelo o por un carril. Uno que observa desde el borde de la
calle ve que el eje puntualiza una línea recta, mientras que en un punto de la circunferencia
de la rueda describe para él un movimiento de ondas, que si fuera el caso de una rueda
normal de un automóvil se mostrara un pico y si fuera el de una rueda de ferrocarril, un
bucle. En este último caso, el movimiento que interesa es el de un punto
situado en la pestaña o corona exterior de la rueda.
Esta
combinación permite plasmar teóricamente los procesos de repercusión, pero diría
Ptolomeo que presenta dos problemas al compararse con las observaciones de modo sistemático.
• En primer lugar, no se cumplen las
trayectorias circulares después de varios epiciclos.
• En segundo lugar no explica los
cambios de brillo -máximo y mínimo- en Venus, Marte y Júpiter, cuya frecuencia convendría
ser más alta que la observada.
Ante
estas dificultades su teoría no decayó sino que por medio de ella se explicaron
muchas cosas que no se entendían por lo que se llegó a decir que él explico el
geocentrismo como nadie jamás logro hacerlo porque estaba en conformidad con lo
que decía y lo que practicaba.
A
Ptolomeo se le considera como el último gran astrónomo de la antigüedad, que en
conjunto con Aristóteles dejaron una gran huella para el pensamiento occidental
en los campos de la astronomía y la cosmología.
El
aporte griego al conocimiento libera a la humanidad del mito y la superstición;
después del decaimiento de sus métodos de estudio y la destrucción de la
célebre Biblioteca de Alejandría, se expande sobre el pensamiento humano el
halo oscuro de la edad media. Transcurrieron trece siglos de historia bajo la
autoridad intelectual de la iglesia, en los que no surgieron aportes
importantes a las obras de los sabios antiguos.
Tuvo gran influencia el pensamiento
aristotélico y ptolemaico en todos los ámbitos, su adopción en la Edad Media,
Renacimiento y hasta la Edad Moderna se ve reflejada en un ejemplo literal;
Dante Alighieri reflejó esta teoría en la Divina Comedia, allí nos muestra un
conjunto de esferas en donde la humanidad ocupa un lugar intermedio entre las
regiones infernales y degradantes, y las regiones del espíritu puro. En la obra
de Dante el pecado y la salvación están amoldados al gran plan del universo.
Esta
teoría tuvo gran éxito, por lo que perduró hasta el siglo XVI. He hizo que la
Iglesia católica adoptara este modelo para explicar la naturaleza del universo,
obviamente, implicando a Dios, creador de la tierra.
Lo
que motivó a que esta teoría fuera acepada no solo fue su aceptación científica
sino también la comprobación bíblica que se tenía en aquel momento. Esto
produjo grandes descubrimiento para que se cumpliera la teoría.
[2] www.astronomia2009.es/astrodiccionario/Geocentrismo.html
[3]Cfr.http://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3%ADa_geoc%C3%A9ntrica#Teor.C3.ADa_geoc.C3.A9ntrica_en_la_actualidad.
Almagesto virtual. Pdf.
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