El hambre humana de caricias y la
estructuración del tiempo
Por: José Luis Reyes Rosario y Manuel
Arias
Introducción
Desde su origen en el mundo el ser humano ha
necesitado vivir una vida de afectividad y de contacto con los demás humanos.
Su modo de ser y de relacionarse han demostrado lo que afirmó Aristóteles: El hombre es un ser social.
En ese sentido se diría más bien: El hombre es
ser necesitado de afecto. Es decir, no
es posible que la persona viva sin las caricias. Por tanto, estas son
esencialmente importantes en la vida del hombre y de la mujer.
Es por eso, que en este breve trabajo se
hablará del hambre humana de caricias y
de la estructuración del tiempo. En el cual se tratará en primer lugar el
hambre humanas de caricias. De modo, que se pueda comprender como las caricias
forman parte de nuestra existencia y se vea, además su importancia en el plano
vital.
En segundo lugar las caricias positivas, en
tercer lugar descuentos y caricias negativas, en cuarto lugar el hambre de
tiempo estructurado y finalmente una breve conclusión del tema.
Este breve trabajo se fundamentará en el libro:
Nacidos para triunfar de los autores: James y Jongeward.
El hambre humana de caricias
En el libro nacido para triunfar aparece el tema: El hambre humanas de caricias y la estructuración del tiempo. Este
interesante tema posee una importancia innumerable en la vida de las personas.
En la obra se afirma que toda persona tiene
necesidad de ser reconocida por los demás. En ese sentido las caricias humanas
juegan un papel elemental, en ese reconocimiento.
Además, afirma que en el tiempo todas las
personas necesitan hacer algo. A estas necesidades biológicas y psicológicas es
a lo que se llama hambres, a juicio de Berne[1].
Estas hambres son tranquilizadas, por
así decirlo, con caricias. Y según este documento, se comprende por caricia
todo acto o gesto que permite el reconocimiento de la presencia del otro. En
ese sentido, cualquier cosa que haga que al otro se le tome en cuenta, se
entenderá en este aspecto, como caricia, o sea que va un poco mas allá de lo
que se entiende comúnmente, es decir, no solo está en el plano físico, sino que
se incluye el plano psicológico.
En ese sentido, entonces, se podría decir que
un gesto, un abrazo, una mirada o una palabra entran en el plano de lo que se
conoce por caricia. Es por esa razón que se habla en este punto de lo
simbólico, es decir, de aquello que simboliza cada acto humano.
El hambre de caricias puede también,
determinar lo que la persona hace con su tiempo, ya que, una persona puede
pasar muchas horas intentando ser acariciada o puede durar cierta cantidad de
horas evitando ser acariciada. En ese
sentido, el uso del tiempo en los humanos varía considerablemente en las
personas, según la intención de los sujetos.
En la vida de los bebes es esencial la
caricia, porque estos no cresen en normalidad sin el contacto con otros. Esto demuestra
que es una necesidad vital el contacto humano en todos los ámbitos de la vida.
Incluso en las transacciones íntimas y cotidianas es notable tal necesidad. Tanto los mimos
como la alimentación, que ponen a los padres en contactos con los hijos pequeños
dan prueba de esta necesidad.
En la química del infante el desarrollo mental
y físico son estimulados por este
elemento. Esto es notable, ya que en los infantes desatendidos, abandonados y
desprovisto de cualquier contacto
físico, el desarrollo tanto a nivel físico, como a nivel mental es menor.
Los analistas transaccionales dicen que: Si el niño no es acariciado, se consume su
medula espinal, esto es una afirmación que puede encerrar en ella la
importancia de la atención y el contacto, que necesitan los bebes, tanto en su
desarrollo social como en el plano psicológico y físico.
En ese mismo tenor, muchas personas consideran
que tener a los bebes cargados los mal educa o más bien, como dice los
dominicanos la ñoñería no es buena,
los bebes cargados les da ñoñería.
Sin embargo, esto no es cierto, ya que los niños sin cariño pueden padecer
deficiencia nutritiva[2]. Es por eso, que muchos niños que han vivido
una vida sin afecto o más bien con una resequedad de tacto, tienen miedo
de dar cariño a los demás y viven una
vida seca porque le hace falta afecto.
El libro pone un caso ilustrativo de la falta
de afecto, y es el caso de una bebe llamada Susana. En palabras breves ella le
hacía falta contacto y afectividad, por eso no se desarrollaba normalmente,
pero luego de tener ese contacto y esa caricia, logro superar esa dificultad,
ya podía gatear y aceptaba que le dieran cariño, gracias a la madre sustituta
que le daba cariño, seis horas diarias en cinco días. Y pudo superar lo que se la había
denominado síndrome de privación materna.
Los niños a medida que van creciendo, pues van
cambiando el hambre primaria de tacto,
por el hambre de reconocimiento, esto se refleja cuando los niños hacen
cosas para de un modo llamar la atención.
Caricias positivas
En la vida de cada hombre y de cada mujer, la
falta de caricias es siempre un factor que les provoca dificultades. Por tanto,
esto repercute en la vida humana de manera considerable.
Las caricias positivas buscan, a propósito de
esos efectos negativos de la falta de caricias, que la persona esté emocionalmente
sana. De manera que pueda sentir bienestar, y puedan desarrollarse bien, a
nivel emocional, es decir, se busca que la persona pueda tener una sensación de
estar bien.
Por tanto, estas caricias, llamadas positivas
abarcan desde un simple un saludo sencillo hasta un encuentro en la
intimidad. Esto es que, las caricias de
este tipo tienen transacciones sencillas que pueden llamarse de mantenimiento. Estas pueden
carecer de contenidos significativos, pero mantienen el plano del
reconocimiento.
En otras palabras, un saludo agradable, un
darse la mano, son elementos que forman parte de una caricia de este tipo. Por
tanto, le puede venir de alguien ajeno o de alguien no muy cercano, pero que le
muestra ese tipo de cariño a la persona.
Se puede decir de modo resumido que, las
caricias llamadas positivas, a nivel general, son transacciones directas,
apropiadas y pertinentes a la situación de vida de cada persona.
Descuentos
y caricias negativas
Descontar necesidades y sentimientos a niño pequeño, no le permite a este un
desarrollo adecuado. Ya que su vida saludable, se verá con impedimentos. Hablar
de descuento en esta parte es hablar de una falta de atención o de una atención
negativa, por tanto afecta a la vida del humano, en muchos aspectos de su vida.
Es por tanto, que el descuento lleva a la
degradación ulterior, o sea que mostrar una caricia negativa a alguien, llámese
una burla o una ridiculización pone a
ese ser humano en una postura humillante o degradante. Esto es también,
proporcionarle una caricia de tipo negativo.
Además de la caricia negativa está el
descuento que es la falta de atención,
esto implica pues, un mensaje que le dice sin palabras a la persona; eres
insignificante, o simplemente no eres importante. Es decir ambos conceptos,
tanto el descuento como la caricia negativa
son altamente dañinos para un ser víctima de estos, ya sea adulto o
joven, adolescente o niño o anciano.
El hambre de tiempo estructurado.
No es conveniente para una persona aburrirse
durante extensos momentos en su vida, pues esta situación terminara
provocándole, tanto problemas físicos como emocionales.
Por ello, en la cotidianidad de la vida, las
personas suelen organizar su tiempo de diversas maneras, cayendo en ventajas y
desventajas, producto de dicha organización.
Entre los primeros modos de organización se
encuentra el aislamiento. Este aislamiento de los demás, suele darse de forma
física o encerrándose en sus propias fantasías. Esta situación suele
manifestarse en cualquier etapa del ser humano, sin importar en cual etapa o
estado personal se encuentre.
Es cierto que algunas veces es bueno aislarse,
relacionado con la tranquilidad que debe tener el ser humano en ciertos
momentos. Pero, cuando se hace para escapar de una realidad, suele ser
perjudicial en la formación psicofísica de la persona.
Esta situación puede estar relacionada,
incluso, con acciones o situaciones asimiladas en el hogar. Es decir, aquellos
momentos en que la persona absorbe lo que ve a sus padres. De ahí termina la
persona respondiendo a los demás, de la misma forma en que captó en algún momento
de su infancia aquello que para ella era, o más tarde se convertiría en parte
de la guía de su comportamiento.
Por consiguiente, el hombre o la mujer, suele
manifestar en su estado Adulto del yo lo que ha vivido en su estado Niño. Por
ello tiende a manifestar lo que ha llevado dentro de sí una y otra vez.
Otros elementos que forman parte del tiempo
estructurado de la persona son los llamados rituales. Estos sirven más
bien, para recibir una respuesta similar
a lo que deseo que la persona sepa de mí y yo de ella.
Esto significa que, lo que la persona busca
como tal, es una respuesta a su interés de ser apreciado de alguna forma,
utilizando el modo de preguntar para esperar otra pregunta que manifestará el
deseo de querer enterarse por parte del otro.
Sin embargo, uno de los elementos de la
conducta humana que en cierta medida benefician al ser humano son los llamados
pasatiempos, pues permiten a la persona realizar sanos intercambios con
conversaciones sanas. Estos son parte de los mejores elementos para profundizar
psicológicamente en la persona del otro.
Por otro lado, algo que sí puede ser muy
peligroso son los llamados juegos, pues estos hacen de el hombre o la mujer un
ser inseguro, en la mayoría de los casos. Es decir, el sujeto cae en una
posición psicológica en la que comienza a actuar de acuerdo a lo que supone a
su alrededor, llevando a otros a comportarse también del mismo modo en que él
lo hace.
Por ende, las actividades terminan
relacionándose con lo anteriormente dicho, produciendo en la persona
sentimientos de satisfacción o insatisfacción. De esta forma, surgen elementos
que tienden a conducir al ser humano por el aspecto de realización y de no
realización personal.
Pero de todas estas categorías psicológicas,
la que más beneficios proporciona al ser humano como tal, es la intimidad. Esta
intimidad se da a través del contacto con diversas personas. Esto implica el
profundizar en los sentimientos del otro. De esta manera mi yo interno canaliza
situaciones, además de compartir lo interno de mi persona con el otro o Yo
externo.
Ahora bien, ¿a través de que una persona puede
cambiar ciertas actitudes que le han marcado en su vida temprana? Pues a través
de la activación y el fortalecimiento del estado adulto del Yo. Esto implica
que la persona debe estar abierta a la intimidad con los otros, es decir, a
dejarse conocer por el otro o los demás.
En definitiva, hay actitudes que perjudican el
buen desarrollo físico y psicológico del individuo como tal. Pero, dejándose
percibir e interpelar por las relaciones o sentimientos con el otro y la
realidad presente o visible en concreto ante los demás, puede el hombre o la
mujer crecer y superar ciertas trabas en su proceso psicológico.
Conclusión
Las caricias humanas son esenciales para toda
persona, ya que esto le permite desarrollarse tanto a nivel psicológico como a
nivel físico. Esto es elemental para la vida de cada individuo, que quiere
avanzar en su existencia.
El desarrollo es importantísimo y no se puede alejar de la vida humana. Por
eso es, en ese punto donde la afectividad, el contacto humano y la vida social
entran en juego. Quedando demostrado que las estructuras del tiempo en la
existencia humana cuenta con un elemento especial, lo que se llama hambre de
caricias. Esta hambre de caricias se hace presente en todas las etapas humanas.
En la niñez, en la adolescencia, en la
juventud, en la vida adulta y en la ancianidad el afecto es importante, ya que
el ser humano no puede vivir sin este, todo ser humano en su condición natural,
necesita un saludo, una palabra de motivación o simplemente un abraso que le
haga ser verdaderamente una persona llena de alegría.
En fin, queda demostrado que ningún ser humano
puede vivir sin el afecto de los otros. Es decir, ninguno debe creer que los saludos, las palabras, las relaciones
intimas, son innecesarias, o sea que son
realidades que no favorecen, ya que si favorecen y no solo eso, sino que son
parte de la vida del afecto y este afecto es a la vez una respuesta a el hambre
de caricias que tiene todo humano en su ser.
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