Por: Juan de Jesús Pichardo
La ciencia al encarnar en su esencia la sed de conocimiento del mundo en todas sus
dimensiones y contenidos ha sido preocupación constante del hombre a través de
toda la historia. Este de forma permanente ha pretendido dar
explicaciones a una serie de interrogantes que le han surgido en su contacto directo
e indirecto con las cosas, hechos y fenómenos que la naturaleza le presenta. De ahí que se puede decir que lo que mueve al
hombre es ese deseo de conocer los secretos del mundo. Es esa curiosidad la que
nos ha permitido progresar, desde los tiempos primitivos, hasta ahora, de una
forma tal vez no continuada, ni triunfal en todos los frentes posibles, pero si
espectacular y en el fondo imparable. El
hombre es un ser curioso, que busca realidades nuevas, aspectos hasta ahora no explorados,
horizontes desconocidos capaces de abrirle nuevas puertas a la ciencia.
En el presente trabajo se tratará de hacer una crítica al análisis que se realizo sobre
la obra La lógica de la investigación de
Karl Popper[1].
Para llevar a cabo dicha crítica se
procederá de la manera siguiente: primero, se dará un enfoque general de la obra a
tratar; en segundo lugar se hará un enfoque critico, resaltando los puntos que consideramos que se trabajo rigurosamente
y los que creemos que no se trabajaron
con la debida profundidad, a si como también los temas que entendemos que debieron ser
tratado y no fueron abordado en el trabajo.
Quisiera antes de entrar a destacar los
elementos que van a hacer objeto de nuestra reflexión hacer algunas salvedades.
Creo que el autor del documento que nos correspondió trabajar procedió
dentro de lo que consideramos, después de haber leído el libro, con
cierto rigor y seriedad en el proceso de realización de la investigación. No
obstante, como en toda investigación
suele darse la parcialidad en algunos puntos de vista en menoscabos de otros, creemos que algunos matices
debieron trabajarse y no fueron abordados
al menos con la tenacidad que se debía plantear. También aunque toda crítica
parte de la subjetividad de quien la realiza, se quiso proceder de la manera
más objetiva posible.
Enfoque general de la
obra
Esta obra emerge para contrarrestar las antes
llamadas teorías pseudocientíficas, que se erigían como válidamente
científicamente, las cuales eran impulsadas por
el llamado positivismo lógico. En ella se presenta cuáles son los
métodos de las ciencias empíricas y qué cosa son las ciencias empíricas,
se destaca el problema de la inducción
que según él autor viene de Hume, es decir, el método que pasa de lo particular a lo general. Se
opone a que las ciencias empíricas
utilicen métodos inductivos, pues se
corre el de sacar un día una
conclusión falsa. Propone usar el método
deductivo y plantea que el trabajo científico consiste en proponer
teorías y contrastarlas. En ese sentido,
diciendo el propósito del libro llega a
decir:
En este libro pretendo dar un análisis más detallado de
los métodos de contrastación deductiva; e intentaré mostrar que todos los
problemas que se suelen llamar «epistemológicos» pueden tratarse dentro
del marco de dicho análisis[2].
La contrastación deductiva de teorías consiste en
presenta una idea, aún no justificada y extraen conclusiones por medio
de una deducción lógica. Aborda que hay
encontrar un criterio que permita distinguir entre ciencia empírica
y problemas metafísicos y utiliza para esto el método de la demarcación que se
vale del criterio de falsabilidad. De ahí que un sistema será científico si es
susceptible de ser falsado, sino, no lo será.
Enfoque critico
En lo que respecta a tema de la inducción que es de
lo primero que se ocupa el autor de trabajo que estamos considerando, entiendo
que se hizo un buen abordaje de la cuestión, pues se destacó como es su
proceder que es de lo particular a lo general y además se hizo la justificación de cuál es la limitación que
según Popper este tiene consigo. No
obstante, en ese punto creemos que falto matizar que la inducción
parte de la inferencia de que el pensamiento científico comienza con la
observación, para después generalizar, lo cual es para Popper un absurdo ya que
la observación presupone un marco
teórico para poder ser posible. Por lo tanto, nunca se comienza por la
observación, sino se empieza por la
teoría. Es la teoría la que determina lo que debemos observar, y no es
la observación por sí sola la que nos permite formular teorías.
En lo que se refiere
al psicologismo epistemológico creemos que se planteo lo más importante,
que es que este parte de una apreciación personal del sujeto y que dificulta la objetividad de la ciencia. Sin embargo, pienso que se pudo
agregarle que se considera psicologismo a la
doctrina de que las afirmaciones pueden justificarse no solo por otras
afirmaciones sino también por la experiencia perceptual.[3] Es
decir, que al recibir los datos sensoriales,
descubrimos ciertas semejanzas en lo que percibimos, nos percatamos de la
repetición de eventos, y descubrimos ciertas reglas o leyes. Es esta costumbre
la que nos conduce a esperar regularidades. Así que el conocimiento contiene
ideas que son forjadas a partir de las sensaciones.
En la parte que toca al método de la demarcación, la
contrastación y el criterio de falsación entendemos que fueron
trabajados con profundo grado de rigurosidad, pues se planteo lo que era la
demarcación y la utilización que de esta hizo Popper. Además, en la contrastación se estableció lo
principal que es sometimiento de teoría a refutaciones a través del criterio
de la contrastación que la falsación.
Ahora se considerará un punto, que aunque fue tratado, no se abordó de la manera correcta, es el
convencionalismo. Según el autor de la investigación que estamos siguiendo para
Popper es importante el convencionalismo, estamos de acuerdo pero no del todo.
Estos por lo siguientes, el mismo llega a decir:
En mi opinión, el convencionalismo es un sistema completo
y defendible, y no es fácil que tengan éxito los intentos de descubrir en él
incoherencias. Pero, a pesar de todo
ello, lo encuentro totalmente inaceptable; subyace a él una teoría de la
ciencia, de su finalidad y sus propósitos, radicalmente distinta de la mía[4].
Por consiguiente si Popper
estuviera de acuerdo del todo con el convencionalismo su criterio de falsabilidad se convierte en
inaplicable como criterio de demarcación, ya que este no admite falsación.
Pasaremos ahora a establecer algunos temas que
nos fueron abordados en el trabajo que estamos siguiendo, pero que pensamos que
son muy importante. El primer elementos a considerar en la distinción entre
falsabilidad y falsación, pues de esta distinción se establecerá el adecuado
uso en lo corresponde a la demarcación. En ese orden dice Popper:
Tenemos
que distinguir claramente entre la falsabilidad y la falsación. Hemos
introducido la primera exclusivamente como criterio del carácter empírico de un
sistema de enunciados; en cuanto a la falsación, es preciso incorporar reglas
especiales que determinen en qué condiciones debemos considerar falsado un
sistema. Únicamente decimos que una teoría está falsada si hemos aceptado
enunciados básicos que la contradigan[5].
El otro tema es la ruta de la ciencia, Popper aborda que
la ciencia no es un sistema de enunciados seguros y bien asentados, ni que
avance hacia un estado final. Nuestra ciencia no es conocimiento, es decir
nunca se puede pretender que se ha alcanzado la verdad, ni siquiera el
sustituto de esta que es la probabilidad.
En definitiva, la ciencia es posible porque las proposiciones
que tienen el carácter de cientificidad
pueden ser falsables, es decir,
puede concebirse la posibilidad de ser refutadas. Por tanto, la ciencia se convierte en un examen crítico
de hipótesis destinado a eliminar las que conduzcan a conclusiones falsas.
Bibliografía
POPPER. Karl.,
La Lógica de la Investigación Científica, Editorial Tecnos, 1973.
[1] Karl Popper nació en Viena, la capital de
Austria en 1902 de familia judía que se había convertido al cristianismo. Se
educo bajo la religión luterana y se educo en la Universidad de Viena. En 1919,
se volvió marxista, se unió a la Asociación de Estudiantes de Escuela
Socialista y al Partido de Obreros Social-Demócratas. Popper se doctoro en
filosofía en 1928, y trato de integrarse a algunas discusiones filosóficas en
el Círculo de Viena y grupos que admiraban a Ludwig Wittgenstein. De 1930 a
1933 como reacción al empirismo lógico, escribió una obra que no se publico
hasta 1979, titulada Los dos problemas fundamentales de la teoría de
conocimiento, la que llego a editar y publicar en 1934 bajo el titulo: La
lógica de la investigación científica. Más adelante, en 1949, se volvió
profesor de lógica y de método científico en la Universidad de Londres. Durante
su carrera académica, y aun después de que se retiro en 1969, Popper se mantuvo
activo elaborando su filosofía hasta su muerte en 1994.
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