La sexualidad como regalo de Dios

La sexualidad como regalo de Dios

Por: Manuel Arias Familia

Cada parte de nuestra vida es un don maravilloso de Dios. Nada puede ser considerado como negativo o prohibido en la sexualidad, siempre y cuando se hable de esta conforme a la moral.

El tema de la sexualidad se ha ocultado y se ha tratado como algo negativo, en muchas ocasiones. Porque el hecho de sentir y tener deseos sexuales se ha  interpretado como algo malo de la carne. Se ha dicho que es algo despectivo y por lo tanto se ha creído que el sentimiento debe ser rechazado y ocultado.

Un regalo cae a nuestra vida, como un rio de paz, que inunda de felicidad, la mente, el corazón, y todo nuestro ser, siempre y cuando sea agradable a nosotros, porque un regalo no agradable puede rechazarse. Pero la sexualidad es un regalo agradable, por eso no debe ser rechazado, porque Dios al dar este regalo, hizo al ser humano merecedor de una gran virtud, que lo puede hacer trascender su propio ser.

Dios ha dado grandes cosas al ser humano, porque lo ama   y precisamente, entregó  este don al hombre, porque quiere que comparta ese amor que él le ha dado. Con cada espacio que Dios da al ser humano que ha creado, le da una oportunidad para que se desarrolle y sea colaborador  de su  de su creación.

La analogía de Cristo esposo de la iglesia, representa el amor del esposo y la esposa.  Esta refiere de cierta manera la relación intima del hombre y la mujer en el matrimonio. En esta relación hay muchos valores, tales como: el amor, la paz, la confianza, la humildad, entre otros.

Hablando en el aspecto humano, debemos decir que, la intimidad y la práctica sexual debe llevar al hombre a la cercanía con su mujer, de manera que se fortalezca la relación.

El contacto de la pareja,   debe ser un placer divino, porque está ligado a un creador divino, que regaló la sexualidad. 

La fuerza creadora que posee la sexualidad, permite  que el ser humano sea parte del proyecto de Dios y que sea además co-creador  siendo así, imagen y semejanza de Dios.

La sexualidad debe ser vista como un regalo de Dios, por eso la sexualidad debe ser valorada y respetada. A sí mismo, consideramos que ella es  uno de los regalos más grande de Dios al hombre.