Contándote
un poco sobre mi relación con Jesús
En
este escrito te contaré algunas de mis experiencias
con mi amigo Jesús. Con este escrito te invito a que lo conozcas, se que te
gustará su manera de ser. El es un amigo, que da amor.
Que
te acompaña, te muestra su bondad, no te traiciona, no te abandona, en fin
puedo decir que es tan admirable que uno no logra comprender el misterio que
tiene.
Es
que es muy trascendente y es a la vez un amigo cercano, que te escucha, que no
se burla de ti. Es sincero, en una palabra es un ser perfecto. Pero no es prepotente,
al contrario es atento, es manso y humilde de corazón.
Todo
lo que te digo sobre él, es poco comparado con su grandeza y su poder. Pero si
deseas, lee las reflexiones que he escrito, como fruto de mi amistad con él.
Veras en cada una de ellas el significado de tener un amigo como Jesús.
El amigo
que me ayuda a cruzar el océano
La vida es hermosa sobre todo si se camina con un
amigo que te ayuda a cruzar el océano cuando sabes que tu solo no puedes
hacerlo.
Es
bueno pensar que hay un amigo que te ayuda, sobre todo si te encuentras metido
en el océano y sabes que sin un amigo que te muestre su bondad, no podrás
pasarlo.
Es
así como se muestra Jesús, como un amigo que no falla, un amigo fiel, que te
perdona siempre y que aunque muchas veces lo abandones, el permanece fiel y no
te defrauda.
Es por
tanto, que mi amistad con Jesús es una experiencia inolvidable, porque he
sentido su mano, que me ha socorrido, en el proceso de cruzar el océano.
Su
mano, me ha levantado, cuando he estado caído y aunque muchas veces he dudado,
el me ha buscado de todos modos. Este gran amigo, me conoce y me escucha
siempre, aunque yo a veces no me detengo a escucharle.
Mi
experiencia a su lado, es sumamente maravillosa, es una experiencia tan grande
que faltan palabras para definirla. Aunque muchas veces no comprendo algunas
cosas que me pasan, la experiencia con él, me hace sentir que camina conmigo.
Es
su manifestación, que me hace creerle a él. Es su amor que me hace dirigir mi
fe a él, porque necesito sostenerme y él me sostiene. Porque necesito un guía y
es mi guía y mi paz en momentos de oscuridad.
Así
como respiro, así como creo que vivo, a si creo que me sostiene y tengo la
certeza de que el mundo amanecerá cada día y que no desaparecerá porque hay un
principio que lo sostiene, él es ese principio.
Porque ¿Cómo puedo estar seguro de que estoy aquí y
ahora y que no es un sueño lo que vivo? Esto es gracias a él, si tengo fe en
que los demás no me harán nada malo, es por él. Tengo fe de que cuando salga a
fuera no se destronará la tierra, es por él.
Mi
amistad con Jesús, me hace creer que los demás son mis hermanos, que ellos son
parte de mí. Por su amistad creo que este es el mejor de los mundos posibles.
Porque es él quien me ayuda, cuando me envuelven las aguas del océano.
Tengo
la esperanza de levantarme cada día y creer que estaré seguro. Además, cuando
confío en los demás, en esos que me dan de comer, en esos que manejan el agua,
en los que elaboran productos alimenticios, creo que su amistad ha hecho de
ellos unos seres confiables. Porque como sé que estos no contaminan y echan
veneno el agua, o los alimentos. Esta
certeza me viene de él. Ya que Jesús es el amigo que me sostiene y sostiene mi
vida.
Un sueño con mi amigo Jesús
Una
noche soñaba que caminaba por una calle muy hermosa estaba caminando delante de
mi Jesús. Su poder, su amistad en el camino era muy admirable.
En
el sueño no hubo palabras, simplemente él iba delante y yo iba detrás.
Siguiendo sus huellas y contemplando sus pasos, como un cordero que sigue a su
pastor. A si mismo seguía a mi señor.
La
paz que llevaba la transmitió por todo el camino. Sus ojos daban luz a toda
oscuridad, el camino quedaba radiante y lleno de luz, solo porque él estaba
pasando por ahí.
No
recuerdo el momento en que desperté de este hermoso sueño, solo sé que no
quería que pasara. Ya que su presencia no dejaba espacio a ninguna tristeza,
porque era todo alegría.
Yo
se que él está siempre ayudándome y que cada camino que recorro con la iglesia
peregrinante es un camino que no se recorre sin la ayuda de Jesús. A si como en
este sueño, yo le seguía y él caminaba delante de mi, así también camina
conmigo a diario.
El
va delante y esta ayudándome, es lo que interpreto de ese hermoso sueño. Es
también un mensaje de paz, lo que me
transmite, ya que me dice que no estoy solo sino que él me ayuda.
Es
además un mensaje de esperanza y una invitación a no tener miedo. Ya que en su
palabra hay un no tengan miedo, trescientos sesenta y cinco veces. Es decir, que para cada día del año hay uno.
Esto
nos muestra que Jesús, nos anima cada día, nos dice que no debemos temer, ya
que el está a nuestro lado. Hasta el fin del mundo. El no nos deja solos, nos
guía y nos cuida siempre.
El sueño con mi maestro Jesús, es una
manifestación que me dice que el siempre me enseña y me guía. Es además
una muestra de que la vida del ser
humano, debe ser un camino de seguimiento al Señor.
Este
seguimiento debe ser libre y no impuesto, ya que Jesús me llama en libertad. Yo
acepto o no acepto, pero nunca me obliga. Este seguimiento libre es también un
encuentro con el buen pastor, que guía al rebaño.
Este
sueño con el Señor me habla al corazón y me deja un mensaje de amor, de
felicidad y de mucha esperanza que moja mi vida y me hace crecer en la fe.
El señor Jesús murió por
mí, porque es mi amigo
Jesús
en su palabra me dijo que nadie tiene amor más grande que el que muere por sus
amigos. Su palabra se convirtió en hecho, como todo su mensaje. Ya que mi amigo
Jesús se caracteriza por tener coherencia entre lo que dice y lo que hace.
Es
por eso, que murió por mí. Además, cargó con mi culpa y me perdonó aun sabiendo que yo lo negué varias veces. Es
por esto que debo decir, que su amor fue más allá de todo.
Él
se entregó aun mirando que mi interior y mi corazón, eran débiles. Sabiendo que
yo solo soy es un pobre pecador. El se dejó golpear para salvarme, se dejó
tentar, se dejó ultimar, se dejó coronar de espinas y no le importó ser
condenado a muerte injustamente. Cuando recuerdo ese hecho mi corazón se
entristece y al mismo tiempo siente agradecimiento por mi amigo.
Su
amistad, no era mera palabra sino que es una gran verdad. Porque su manera de
actuar me lo ha demostrado. Yo puedo decir que él me salvó. Puedo decir que me
liberó de la muerte y de la culpa que me tocaba.
Muchas otras cosas podría
decir y no cabrían en este escrito…pero debo decir, que por el momento detengo
mis palabras aquí, pero en otra ocasión continuo completando este escrito…